El proyecto SCREENRISK tiene como objetivo principal obtener herramientas que analicen los riesgos de los productos con tecnologías TIC encaminadas al público infantil para, de este modo, crear productos de esta categoría de calidad, seguros y que no supongan riesgo para la salud de los niños. Este proyecto consta de una primera fase en la que se ha realizado un análisis exhaustivo de los dispositivos existentes en el mercado más utilizados por los niños de 2 a 6 años y los riesgos de conducta y físicos que puede sufrir el público infantil con su uso. Los objetivos más específicos de SCREENRISK son los de ofrecer a las compañías del sector herramientas de mejora de diseño de este tipo de productos tras la realización de este análisis. Además de plantear medidas preventivas para evitar los riesgos de estos productos en los usuarios infantiles. También ha contemplado el estudio de aquellos dispositivos tecnológicos más utilizados entre los niños de 2 a 6 años en España. Y la detección de su uso, sus efectos actuales en ellos y sus efectos a largo plazo, además de los peligros físicos y conductuales que presentan para el usuario infantil.

El proyecto ha concluido con la realización de una guía de actuación y recomendaciones para empresas, padres, profesores y usuarios en general. En ella se indican las normativas europeas a tener en cuenta, durante el desarrollo de los dispositivos TIC, para utilizarse de manera segura y saludable por niños de entre 2-6 años. Además se incluyen pautas tales como que hay que asegurarse de que el niño no pueda acceder al interior del artículo o comprobar que todo el acabado del dispositivo tenga los bordes contorneados y las esquinas romas. Entre otras recomendaciones, también se destacan consejos útiles para evitar el abuso de las TIC como el uso recomendado de las TIC al día por un niño de entre 2-6 años. Asimismo se recomienda no tener televisión en los dormitorios de los niños, evaluar las tecnologías apropiadas a la edad, establecer tiempos con y sin dispositivos tecnológicos y limitar el uso de cada dispositivo dependiendo de cuál sea su función.