En la actualidad, aproximadamente el 90% de las pieles que se utilizan en el mundo son curtidas utilizando sales básicas de cromo trivalente como agente curtiente, debido a las excelentes prestaciones que le confiere a la piel. El proceso de curtición de las pieles se desarrolla en varias etapas, siendo la etapa más importante la de curtición propiamente dicha, donde se produce la reacción química del colágeno de la piel con el agente curtiente para estabilizar la estructura de la piel. Después de la curtición, las pieles húmedas y con una tonalidad azulada (wet-blue) se someten a operaciones mecánicas como el dividido y el rebajado donde se generan residuos curtidos (rebajaduras de cuero wet-blue). Por lo tanto, un porcentaje de la piel curtida es rechazada, antes de llevar a cabo las siguientes etapas del proceso de curtición (recurtición, tintura y acabado) con la finalidad de no invertir productos químicos en zonas de la piel que finalmente no se vayan a aprovechar. Normalmente, todos estos residuos de piel curtida son retirados por empresas contratistas que los envían a los vertederos municipales con el consiguiente impacto ambiental que pueden generar. Con el objetivo de aprovechar estos residuos en la Comunidad Valenciana, en el proyecto se pretende recuperar los productos valiosos que contienen (colágeno). A partir de la hidrólisis del colágeno recuperado se puede obtener agentes recurtientes de base proteica. Estos agentes recurtientes se podrán reciclar en la etapa posterior a la curtición del cuero (recurtición), con la finalidad de mejorar determinadas propiedades de las pieles curtidas. Finalmente, el proyecto contempla la comprobación de las propiedades físico-mecánicas, de igualación del color, blandura, etc. de las pieles recurtidas con el producto reciclado obtenido a partir de los residuos.

Durante el proyecto se desarrolló un procedimiento para la recuperación del colágeno de las rebajaduras de los residuos de piel curtida mediante la digestión enzimática de las mismas, obteniéndose agentes recurtientes que pueden ser reutilizados en las etapas de post-curtición. En los ensayos de post-curtición se observó un incremento sustancial en las resistencias físicas de las pieles al adicionar los recurtientes de cromo y algo menores empleando los recurtientes proteicos, sin apreciarse manchas, falta de engrase, etc., por posible incompatibilidad con el resto de agentes químicos empleados en el proceso. En este sentido, es factible técnicamente el tratamiento de los residuos de piel curtida con cromo en las tenerías, reduciendo y/o eliminando la generación de este residuo al valorizarlo para su uso en el mismo proceso industrial. Además, esto permite a las tenerías reducir los costes de gestión de estos residuos, aumentar su competitividad y mejorar su comportamiento ambiental.